“Se ha quemado todo, menos el equipo y la marca”, fueron las primeras palabras del Presidente de Cascajares al conocer los detalles de la tragedia del incendio en su fábrica.
Al escucharle, muchos sentimos varias emociones. Orgullo por ser amigos de un gran líder y de una gran persona, orgullo por tener en Castilla y León un empresario de raza que lidera con el ejemplo. También sentimos admiración hacia un empresario y una empresa que, lejos de hundirse, se pusieron todos a una a trabajar desde el minuto uno para recuperar la actividad económica y el empleo. Con la pena y la rabia del momento, parecía que los ánimos los recibíamos del propio Alfonso. “Ya estamos trabajando en el nuevo Cascajares, nos levantaremos más fuertes”, decía.
El terrible suceso del incendio tiene una lectura de aprendizaje intensa. Como escribe el filósofo Fernando Savater, “no somos libres de elegir lo que nos sucede, pero sí lo somos para actuar de una manera o de otra ante lo que nos sucede”. Ahí está la lección de liderazgo de Alfonso y Paco y todo su equipo. En la manera de afrontar una situación dramática desde el coraje y el trabajo. En estos momentos tan duros se demuestra que las empresas son grandes o pequeñas no sólo en función de su tamaño, facturación o ebitda…..sino que las empresas son grandes en función de sus valores y de la calidad humana de las personas que la componen.
Sirvan estas líneas para expresar mi reconocimiento y apoyo a Cascajares, sus trabajadores y sus propietarios. Alfonso y Paco, empresarios “despiadados” a la hora de afrontar los riesgos, el trabajo, la ilusión, y la capacidad de generar empleo. Y no nos olvidamos de la generosidad que muestran a través de su preciosa fundación.
La fortaleza del carácter castellano y leonés tiene la bandera en una empresa como Cascajares. No tenemos duda de que los capones y los pavos volverán muy pronto a nuestras casas y que la empresa volverá a sonreir.
Con la ayuda de todos, el nuevo Cascajares volverá muy pronto. Queridos Alfonso y Paco, adelante, y gracias por enseñarnos el camino. ¡VIVA CASCAJARES!
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